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sábado, 24 de abril de 2010

Alicia en el país de las maravillas


Recientemente he abandonado el blog esperando ver una película adecuada para poder hacer una buena crítica, sin significar eso por supuesto que la película en sí misma sea buena.
Ayer fui a ver al cine la muy esperada ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS, el nuevo experimento alucinógeno de Tim Burton, director de verdaderas obras maestras como SLEEPY HOLLOW, ED WOOD o EDUARDO MANOSTIJERAS.
Johnny Depp, a diferencia de Mr. Gibson y compañía, que sólo son mis actores de acción favoritos, lleva muchos años siendo mi actor favorito. Le descubrí con SLEEPY HOLLOW, mi película favorita, y a partir de ahí empecé a devorar toda su filmografía, viéndome películas que ni siquiera sabía que existían, pero las cuales me permitieron concluir lo siguiente: Johnny Depp tiene una facilidad innata que muchos actores pueden envidiar, y es el don de poder meterse en cualquier papel e interpretarlo a la perfección. Y no sólo papeles excéntricos, que es lo que la mayoría de la gente cree; sus papeles de DESDE EL INFIERNO, LA NOVENA PUERTA o DESCUBRIENDO NUNCA JAMÁS no son nada excéntricos, sino personajes inteligentes, racionales y, en el último caso, entrañables. En resumen, es mi actor favorito y hasta hace poco no le he reprochado ni criticado nada de lo que ha hecho.
Pero ahora es diferente. Ya había visto algunos trailers y había leído críticas de ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS, y ya me había estado, por lo tanto, construyendo una opinión. Cuando vi la película la vi confirmada: Tim Burton ha perdido la inspiración, la cual agotó con SLEEPY HOLLOW, y, en sus sucesivos intentos por recuperarla, se ha ido hundiendo más y más hasta llegar a un producto infantil, superficial y hasta ridículo.
Tim Burton se ha vendido a los medios, rindiéndose ante los esteriotipos marcados por las grandes producciones (sobretodo AVATAR) y ha demostrado que hasta los grandes pueden dejar de lado sus preferecias sólo para satisfacer al público y ganar cuanto más dinero posible. Ya sólo el hecho de que estuviera en 3D le daba malas vibraciones, y con ver el trailer se podía ver que iba a ser algo deplorable. Mientras que la veía, aunque sí se notan las referencias a otras de sus películas, no se identifica con el resto de su trabajo. En CHARLIE Y LA FÁBRICA DE CHOCOLATE ya había hecho su primera inmersión en el género infantil, pero disimulada con un buen caracterizado Willie Wonka que es, a fin de cuentas, el único incentivo para ver la película. Pero con esta lleva el infantilismo a un extremo, y acaba con una película que podría haber hecho cualquier otro director, con unas técnicas pensadas más (y por lo tanto limitadas) para el 3D que para hacer una buena película. El uso excesivo de efectos especiales le hace cometer el mismo error que James Cameron: se cree tanto que tiene un estilo propio que lo explota en tal medida de manera que lo hace parecer cansino y dispensable.
Por otra parte, Tim Burton deja en evidente ridículo a su actor fetiche y a mi actor favorito, con un personaje que, aunque muy afín a sus dotes como actor, es forzado a aparecer en situaciones absurdas con un estilo de "simpático" y aniñado que hace que se cargue todas las posibilidades que tenía ese personaje. El ejemplo más claro: el baile que hace al final de la película que, sin más reparos, da vergüenza ajena (a mi me obligó a apartar la cara de la pantalla). Johnny Depp ha pasado de hacer personajes atípicos y extremadamente interesantes a hacer un personaje ridículo e infantil que, además, interpreta imitando a otros de sus anteriores personajes (Jack Sparrow principalmente y Willy Wonka) y es, para alguien que se ha visto toda su filmografía, el peor que ha hecho en su vida.
Si sólo hubiera intentado imitar la película original, un cuento surrealista, tenebroso y, de hecho, terrorífico, estoy seguro de que Tim Burton, ya que se encaja perfectamente con el resto de sus películas, hubiera hecho algo bastante mejor. Pero esto de querer hacer algo totalmente distinto, con una historia estructurada (lo bueno de la otra era que había simplemente una serie de situaciones inconexas y surrealistas) y con un cierre definitivo (esa insípida batalla final con el dragón) es un error garrafal.
En conclusión, mi actor y director favoritos, unidos en su séptima colaboración juntos, ofrecen el peor trabajo de su carrera. Atrás quedan esas imaginativas, originales y maestras EDUARDO MANOSTIJERAS, ED WOOD o SLEEPY HOLLOW. El gigante industrial ha triunfado, y Johnny Depp y Tim Burton, lanzados a la fama internacional, han sucumbido totalmente a él (qué bien queda eso, ¿no?).

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